Acción de Gracias en todas circunstancias
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¿Has recibido algo gratis esta semana? Tal vez recibiste un pedazo de chicle, un lápiz o un dulce cumplido de un colega. O, quizás tu jefe te hizo un favor, un compañero te dio tiempo extra para terminar una tarea o tu madre te animó para ayudarte a continuar. Sólo esta mañana, recibí un cumplido en el idioma que me hizo sentir muy contenta. Yo estoy mucho más feliz en el verano, y al menos con el sol, entonces casi todos los días aquí en Madrid recibo el regalo gratis del sol. ¡Si contáramos las cosas que recibimos gratis, me imagino que pudiéramos llenar un cuaderno!
Encontramos en las escrituras que la gente, incluyendo Jesucristo, agradeció a Dios por su reino, bondad, fidelidad, su amor y maravillas a favor de los hombres, justicia, provisión, salvación, sabiduría, poder, curación, el pan y el vino, Jesús mismo, respuestas a la oración (antes de que fueron contestadas), seguridad, compañerismo cristiano, la santificación de los creyentes, y dones espirituales.
En Nehemías David escribió canciones de acción de gracias para guiar a la gente a cantar, en los Salmos dio gracias en voz alta, sin parar, con todo su corazón, con la lira, porque no pudo estar en silencio, entre las personas, y simplemente porque Dios es bueno y porque es bueno alabarle. También dio gracias como una ofrenda a Dios y una acción de gracias a Dios fue el testimonio de Israel.
Isaías 38 dice que la muerte no le alabará, ni los que descienden al sepulcro, sino el que vive, Isaías repite, el que vive, este le dará alabanza, o gracias, y que lo hace para el beneficio de los hijos.
En Lucas 2, la profetisa Ana se conmovió para dar gracias en el mismo momento en que vio al bebe Jesús. En Romanos 1, Pablo dijo a la gente, “pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” No le dieron gracias a Dios sino cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, y Dios los entregó a sus pasiones vergonzosas.
Pablo frecuentemente agradecía a Dios en sus cartas, animaba a la iglesia a dar gracias en todas las circunstancias, le exhortaba a cambiar las palabras indecentes, conversaciones necias y chistes groseros por gratitud, llamaba a la acción de gracias la voluntad de Dios, y les mandó, “perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias.”
Asi que, ¿hay mucha acción de gracias en la Biblia? Suficiente para llenar un libro, ¡o sesenta y seis!
Las dos palabras más comunes en la Biblia, ydh del hebreo en el antiguo testamento y eucharisteo del griego en el nuevo, tienen Dios en las definiciones. Ydh significa, “reconociendo lo que es correcto acerca de Dios en alabanza y acción de gracias. También puede significar un correcto reconocimiento del yo ante Dios al confesar el pecado.” Eucharisteo se define “para mostrarse agradecido, ser agradecido y dar gracias en un sentido religioso.” Como Cristianos, conocimos bien la palabra eucaristía, el sacramento en memorial de la muerte y resurrección de Jesús.
¿Que vemos por estas definiciones?
En la Biblia, además para nosotros, siempre hay un objeto de la gratitud – Dios. El mundo promueve una verdad a medias cuando nos dice que la gratitud puede ayudar a sentirnos más felices, que nos da tranquilidad, que reduce el estrés. Es verdad, pero no es la acción de estar agradecido, sino el recipiente de la gratitud, el Príncipe de Paz. No hay nada que podemos hacer para recibir algo de Dios – Él nos bendice por su gracia y misericordia, y cuando recordamos esa verdad, le damos gracias. La fe y gracia no son por nuestras obras ni sacrificios, entonces la acción de gracias no puede hacernos más aceptables, pero si puede ser un sacrificio que demos a Dios como respuesta a quien es Él y lo que ha hecho.
Si la acción de gracias no es parte de tu vida, te animo a empezar una lista. Tres cosas cada día, tal vez. Sí, encontrarás desafíos, no te sentirás agradecido en cada momento, pero siempre hay algo gratis del Señor: tu salvación. Empieza allí, y recuerda, “El señor es mi pastor. Tengo todo lo que necesito.”